Texto
mensual para reflexionar sobre el tema del Centenario “Carlos de
Foucauld – al encuentro del otro”.....
1º de Mayo de 2016 :
Comentario de Mt 14,23
Nuestro Señor reza solo,
reza de noche. Es una costumbre en Él. Muchas veces nos repite el
Evangelio: “se retiró Él solo durante la noche a orar”. Amemos,
acariciemos, practiquemos a ejemplo suyo la oración nocturna y
solitaria.
Cuando todo dormita en la tierra, velemos y hagamos
ascender nuestras plegarias a nuestro Creador. Si es dulce estar cara
a cara con aquel a quien amamos, en medio del silencio del descanso
universal y de la sombre que cubre la tierra, ¡qué dulce es, en
tales horas, ir a gozar del cara a cara con Dios! Horas de felicidad
incomparable, horas benditas que hacían que san Antonio encontrase
las noches demasiado cortas, horas en las que, mientras todo calla,
todo duerme, todo está sumergido en la sombre, yo vivo a los pies de
mi Dios, expansionando mi corazón en su amor, diciéndole que le
amo, y respondiéndome Él que por grande que sea mi amor, nunca le
amaré como Él me quiere. Noches afortunadas, que mi Dios me permite
pasar cara a cara con Él. ¡Oh mi Señor y mi Dios, hacedme sentir
como debo el precio de tales momentos! Hacedme delectarme en Dios,
Hacedme, a ejemplo vuestro, no tener momentos más queridos, descanso
más verdadero, horas más suaves y más deseadas que esas horas de
oración nocturna y solitaria.
(carta al Padre Jerónimo – Trapa
de Nuestra Señora de las Nieves 17 de Julio 1901)