Campaña de solidaridad con Haití

Para personas que desean ayudar al pueblo haitiano a través de la familia espiritual del hermano Carlos en Haití.    

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En octubre de 2016 el azote del huracán Matthew ha dejado una huella terrible en Haití: mucha destrucción y sufrimientos en un entorno que ya estaba castigado por la situación de pobreza. Llueve sobre mojado pues ya en 2010 un fuerte terremoto devastador sacudió el país. Después de la ayuda de urgencia seguirán necesitando nuestro apoyo para reconstruir el país como podemos leer en la carta del hermanito Francklin. Por eso, como en el año 2010 (ver información en este enlace) lanzamos una campaña de solidaridad.

En Haití hay varios grupos de la familia, en particular los Hermanos y las Hermanas de la Encarnación, una fundación propia del país. También las Hermanitas del Evangelio están presentes en el país.

Solidaridad



Las personas que desean ayudar al pueblo haitiano y quieren canalizar su colaboración a través de los miembros de la familia espiritual del hermano Carlos en Haití, pueden enviar su donativo a la cuenta que tiene la Asociación Familia Carlos de Foucauld en España en La Caixa con la mención "Haití":

 2100-3012-80-2200462278
IBAN: ES53 2100 3012 8022 0046 2278
BIC: CAIXESBBXXX --- Divisa: Euros


Noticias (por Francklin Armand, Hermanio de la Encarnación)

Esta comunicación es del Hermanito Francklin Armand, fundador de los Hermanitos de la Encarnación, congregación religiosa de la Familia Espiritual Carlos de Foucauld que está presente en Haití y en República Dominicana y cuya vida transcurre junto a los campesinos.
Ha sido una pesadilla llena de dolor, lágrimas, muertes, pérdida de animales de granja, campos, casas, barcos, artes de pesca, iglesias, escuelas, hospitales, carreteras bloqueadas, puentes colapsados, la destrucción del medio ambiente que ya estamos arrastrando desde hace décadas. La masa vegetal que tenemos es incapaz de soportar un huracán de la magnitud de Matthew.

Esta situación ha traído a mi mente una reflexión realizada por un americano y que dice: “Haití es uno de los raros países del mundo que se destruye físicamente”. Esto se podemos constatar personalmente y admitirlo de su propio país resulta doloroso.

Los lugares más afectados son los departamentos del sur, de "la Grand'Anse", del sureste, noroeste y parcialmente del Oeste. Estos departamentos están más afectados que otras zonas de menor impacto agrícola, teniendo en cuenta de su importancia.

Nuestras fraternidades ubicadas en estos departamentos han compartido el mismo destino del resto de los mortales: En Torbech los techos de nuestras dos casas han volado. El entorno se ha convertido en un desierto, sin árboles. En Jérémie nuestros hermanos viven a la intemperie tras la destrucción de la fraternidad. En la Fraternidad General estuvimos 4 días sin tener noticias de nuestros hermanos. Finalmente una religiosa nos ha comentado que los ha visto (gracias a Dios no ha muerto ninguno de ellos). Las comunicaciones están interrumpidas, siendo imposible tanto por teléfono como por carretera. En Leogane, el estado es desastroso en el pueblo de Nazaret, pero nuestras niñas están bien. Sin embargo en Saintard, ubicación de nuestro Centro de Espiritualidad dedicado al Padre de Foucauld, el mar ha causado graves daños y los pescadores han perdido sus barcos, artes de pesca, motores, etc... Podemos decir que Dios ha obrado un verdadero milagro pues el mar embravecido destruyó el dique construido para protegernos del mar. El agua ha penetrado en el Centro afectando a la sala de conferencias, arrastrando piedras hasta el refectorio que, contra toda lógica humana, se ha mantenido en pie al detenerse la avalancha frente al edificio. Os confesaré que para proteger el patio, con fe hemos colocado una imagen de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Mar y una Cruz junto a la casa se salvó de la embestida del mar.

Los amigos que me conocen bien se reirán de mí porque saben que no soy de beaterías ni hablo alegremente de milagros. Siempre enseñé que nuestro Dios es Causa primera de todo pero que actúa a través de causas secundarias. De verdad que no encuentro lógica humana que me permita entender y explicar nada de esto y damos gracias a Dios por estamaravilla y pedimos perdón a todo aquellos que no creen en los milagros.

Reconozco que a veces no veo milagros donde otros los ven. En este caso concreto, creo. Tanto el Párroco como sus dos ayudantes, nuestras hermanitas, han visto y comprobado esto y lo comparten. Hay fotos que avalan nuestras palabras.

Mientras asumimos las consecuencias de Matthew que son duras, muy pesadas ​​y en los próximos meses más, nos ponemos a trabajar para salvar lo que se pueda. Tuve la oportunidad de visitar Hiroshima en Japón y ver cómo ellos se pusieron a reconstruir nos estimula. Tenemos mil razones para sentarnos de brazos cruzados y lamentarnos de los males; el dolor y los esfuerzos para superar esto son titánicos. Como el Padre de Foucauld nos dice: “¡Ni un paso atrás!”

Queremos dar las gracias a todas las familias y amigos de todo el mundo que nos han expresado su apoyo y solidaridad.

¡Haitianas, haitianos, miremos hacia adelante, esa es la dirección correcta!

Y a Ti Señor, gracias por lo que eres, el Dios que ama a todo el pueblo haitiano, sufres con él y porque te muestras solidario. Ayúdanos mostrar tu rostro, tu rostro a todos aquellos que están desanimados, pon tus manos en nuestras manos y haz brillar la luz de tu misericordia sobre nosotros, creyentes y no creyentes, sobre todas las personas de buena voluntad, especialmente sobre todas las víctimas a través del mundo.

Francklin (Puerto Príncipe, Octubre 2016).