Aprobada la canonización del beato Carlos de Foucauld
Con fecha de 27 de mayo nos llega la noticia de que el beato Charles de Foucauld será canonizado santo. La canonización es el acto mediante el cual la Iglesia católica, tanto en su rito oriental como en el occidental, declara como santa a una persona fallecida. El milagro aprobado por el Papa, antes por la comisión teológica y previamente por unanimidad por la comisión médica de la Causa de los Santos, es la supervivencia casi sin secuelas de un joven carpintero francés que cayó 15 metros desde un andamio en una iglesia, pese a sus heridas graves.Sucedió cien años después de morir el beato, el 30 de noviembre de 2016 en Saumur (Francia), en la iglesia de Saint-Louis. Han tenido que pasar 104 años después de su asesinato en Tamanrasset (Sahara argelino) gracias al impulso del papa Francisco. Han pasado quince años desde su beatificación en Roma, el 13 de noviembre de 2005, cuando el papa Benedicto XVI, hablando en francés, dio gracias a Dios por el testimonio del padre de Foucauld diciendo que «a través de su vida contemplativa escondida en Nazaret encontró la verdad de la humanidad de Jesús, invitándonos a contemplar el misterio de la Encarnación. Descubrió que Jesús, vino pora unirse a nosotros en nuestra humanidad, invitándonos a la fraternidad universal, viviendo mas tarde en el Sahara, dándonos ejemplo del amor a Cristo». «Como sacerdote –continuó diciendo-, puso a la Eucaristía y el Evangelio en el centro de su existencia».
¿Cómo ha sido este proceso?
El 1 de diciembre de 1916 Foucauld está solo en la ermita; unos cuarenta senusitas llegan silenciosamente; alguien que el conoce anuncia falsamente el correo. Foucauld abre la puerta, lo atrapan, lo tiran delante de la puerta de la ermita; se pone de rodillas y calla; le ordenan poner los brazos detrás de la espalda y se los atan a los tobillos; le interrogan, dice solamente en árabe: «Voy a morir»;. Lo confían al cuidado de un muchacho de quince años y saquean la ermita. Alguien grita: vienen dos soldados. Les disparan. El muchacho nervioso dispara sobre Foucauld; la bala entra por detrás de la oreja y sale por el ojo izquierdo. El drama dura un cuarto de hora.
Foucauld quería ser enterrado donde muriese, pero los Padres Blancos trasladan sus restos a los pies de la Basílica que tienen en El Golea (Argelia). Tan solo el corazón de Foucauld permanece en Tamanrasset.
El proceso comenzó el año 1925 en diez diócesis, Argel, París, Viviers, Périgueux, etc., en donde había testigos de su vida, en lo que se llama el “proceso requisitorio”. Mientras se iba reuniendo, clasificando y descifrando todo lo que el hermano Carlos escribió.
Diez años, entre 1930 y 1940, tardaron las Hermanas Blancas de Argel para mecanografiar todo el material, ya que de trabajos científicos había 539 folios; escritos espirituales 7.624 folios; de correspondencia 6.417 folios. En total 14.580 folios. Todo este material, recogido en tres volúmenes, junto con las Actas de los diferentes Procedimientos, llegó a Roma en 1946.
Diez años más tarde, a causa de la guerra de Argelia, el papa Pío XII pidió parar el proceso, que no se reabrirá de nuevo hasta marzo de 1967. El Concilio Vaticano II, que fue inaugurado por el papa Juan XXIII el 11 de octubre de 1962, dio un nuevo aliento a esta causa, pues sin mencionarlo directamente Carlos de Foucauld estuvo en un primer plano. Si bien su nombre no sale en ningún documento, muchos obispos, las comunidades de base que surgían por todas partes y el movimiento “Por una Iglesia servidora y pobre” liderada por el padre Paul Goutier en Nazaret, hicieron que el proceso avanzara. Fue en este contexto que el padre Congar dijo a los padres conciliares: “Teresa de Lisieux y Carlos de Foucauld son dos faros que Dios ha puesto en nuestro camino”.
Fue el año1979 cuando la Congregación para la causa de los santos pidió una positio documentada, es decir, una relación, con documentación de apoyo, sobre las cuestiones más delicadas.
¿Cuáles eran?
Primera cuestión: Carlos de Foucauld, que vivió con una mujer cuando tuvo una vida disoluta, ¿tuvo descendencia? Pregunta difícil y delicada que el presidente de la asociación Amitiés Charles de Foucauld, el General de Suremain, antiguo especialista en informes militares, durante tres años de búsqueda intentó esclarecer. La señora que vivió con Foucauld, conocida por el nombre de Mimí, era de Pont-à-Mousson y había sido bailarina. El General de Suremain investigó en los archivos de la ópera de París. Investigó en un grupo de bailarinas que venían, invitadas por Foucauld, a sus bulliciosas fiestas. En ningún caso el General encontró rastro de Mimí ni de cualquier otra bailarina que hubiese frecuentado al joven oficial.
Segunda cuestión: La Congregación quería saber la razón de que durante toda su vida, incluso cuando dejó el mundo, había estado tan unido a su familia. Y en concreto, ¿cuál fue su relación con su prima Maria de Bondy? ¿No había una historia amorosa entre ellos? Se demostró que fue una relación de un profundo respeto. Fueron sus directores espirituales quienes le animaron a mantener estos lazos con su familia, que no le desprotegieron de bienes, lo que fue útil para la abadía de la Trapa.
Tercera cuestión: Las autoridades vaticanas querían saber cual era la situación de la compra que Foucauld hizo de la Montaña de las Bienaventuranzas, pues había un litigio con los franciscanos, que finalmente se hicieron con el lugar. La Postulación pudo demostrar que la persona que actuaba en nombre de Foucauld no ganó dinero en esta gestión y que la familia no pudo recuperar el dinero adelantado.
Cuarta cuestión: Roma quería asegurarse de la estabilidad de su vocación. ¿Cómo explicar que quisiera ser trapista, ermitaño y después misionero? La Postulación ha podido demostrar que era una misma vocación en búsqueda y que se pudo realizar.
Quinta cuestión: ¿Cuáles fueron sus relaciones con los militares franceses, pues algunos lo presentan como espía del ejército francés? La Postulación pudo probar que si estaba próximo a los soldados franceses era porque se sentía responsable de estos y deseaba que tuviesen un comportamiento impecable. En relación a los informes, estos no eran de índole militar ya que llegaban, dadas las distancias, por lo menos dos días después de que los hechos se produjesen..
Sexta cuestión: ¿Porqué fue tan virulento contra Alemania? ¿Porqué tanta pasión-odio, en una persona tan afable? La Postulación demostró que no atacaba a los alemanes, sino a la civilización prusiana profundamente anticatólica. Si hablaba de “cruzada”, palabra nada pacífica, era para defender la civilización cristiana contra el paganismo alemán y contra la idea de una “raza fuerte”. Foucauld pensaba sinceramente que un pueblo que hace la guerra a Francia es hostil a la Iglesia y a la libertad.
Séptima cuestión: ¿Era antisemita cuando describe a los judíos como “sucios, avaros y tramposos”? Esto lo hizo haciendo una descripción, en unas circunstancias concretas, en su viaje a Marruecos, pero se sabe que pronto tuvo amigos judíos.
Todas estas preguntas llevaron mucho tiempo y a partir de 1990 el equipo de Postulación nada más estaba compuesto por cinco o seis personas, auténticos militantes foucouldianos que trabajaban junto a Mons. Bouvier. Pierre Sourisseau, el Secretario, el General de Suremain, el hermano de Jesús Antoine Chatelard en Tamanrasset, Maurice Serpette, y Louis Kergoat, se sintieron a veces un poco solos cuando se tenía que proseguir las investigaciones Además, tuvieron que defender ideas o calumnias contra Foucauld, como la del escritor Jean-Edern Hallier, que ha escrito una biografía novelada y provocadora de Carlos de Foucauld, L’Evangile du fou (El Evangelio del loco), donde le acusa de pederastia al estar siempre rodeado de niños; o bien responder adecuadamente a Jean-Marie Muller, miembro fundador del “Movimiento por una alternativa no-violenta”, que acusa a Foucauld, llevado de una ideología rigorista, en primer lugar de colonialista y después de nacionalista recalcitrante por defender la guerra, aunque sea justa, pues, según este autor del libro Charles de Foucauld, hermano universal o monje-soldado, ante la guerra nada más vale un absoluto anatema. ¿Qué responder? ¿Cómo probarlo? Estas cuestiones son las que hicieron retardar la causa de beatificación y que de una manera clara y honesta se responden en el libro escrito por el postulador de la causa Pierre Sourisseau y Jean François Six, El Testamento de Carlos de Foucauld, publicado en la Editorial San Pablo el año 2005.
¿Cual es la propuesta de Foucauld hoy?
Foucauld no propone al final de su vida una orden religiosa más, sino “un movimiento evangelizador universal”, “que será una revolución en la Iglesia en tanto que comunidad evangélica y evangelizadora, una comunidad nómada en tanto que sus miembros están dispersos pero que no actúan de una manera dispersa: están reunidos en la Comunión de los santos”. ¡Hoy Foucauld tiene una gran familia de un hombre que murió solitario! En 1955 la Association Famille Spirituelle Charles de Foucauld contaba con ocho grupos o fraternidades (hermanitos, hermanitas, fraternidad secular, sacerdotes, etc…), pero hoy son más de veinte sus grupos o movimientos asociados en diversos países, con más de 13.000 miembros.¡Y la familia de los y las que encuentran en Carlos de Foucauld un inspirador para su vida!
Actuando de qué manera?
Por el testimonio personal y comunitario, y practicando el apostolado de la bondad. En un mundo lleno de palabras, frecuentemente engañosas, tenemos necesidad de testimonios de vida auténticos. Tenemos necesidad de silencio adorarador y compromiso por la justicia. La novedad del mensaje de Foucauld es conjugar bien estas tres dimensiones que vivió Jesús: Nazaret, Desierto y Palestina, pero siempre anclados en Nazaret, vida humilde y pobre, utilizando siempre medios pobres.
En una palabra
Si tuviéramos que decir en pocas palabras la relevancia de Foucauld, diríamos que ha sido un hombre que siguiendo a su querido Señor Jesús, s’ha hundido en el corazón de la Misión de l’Iglesia, ha sabido captar la paciencia de Dios en la realización de sus planes, y, en medio de un mundo que no conoce a Jesús, a querido ser un Evangelio viviente, encarnándose plenamente en su ambiente, interesándose por el progreso humano y practicando el apostolado de la bondad.